martes, 21 de mayo de 2013

Mitos romanos de inicios de la República II

En esta entrada nos centraremos en dos personajes: Gneo Marcio Coriolano y Marco Manlio. La leyenda del primero se enmarca en la lucha de clases entre patricios y plebeyos y la del segundo en el asedio y saqueo de Roma por parte de los galos en el 390 a.C.

Coriolano


Gneo Marcio Coriolano (s. V a.C.) descendía de linaje aristocrático, se ganó el sobrenombre de Coriolano al invadir en las guerras contra los volscos y los equos la ciudad de Corioli. En el Senado siempre fue adversario y enemigo de los plebeyos. Debido a la retirada de los plebeyos al Mons Sacer los plebeyos consiguieron la creación de unos magistrados para protegerlos: los tribunos de la plebe; pero, por contra, el abandono de la agricultura produjo una gran carestía en el 492 a.C. 

El estado adquiría grano a los pueblos vecinos y lo vendía a bajo precio, pero él se opuso a este reparto y propuso que si los plebeyos lo querían, renunciaran a los tribunos, pues debían atribuirse el déficit de grano y señalaba además la carestía y la necesidad los haría moderarse.

Los tribunos amenazaron con procesarlo y, como el Senado se alejó del conflictivo Coriolano, este decidió acudir junto a los volscos y marchar contra Roma. Destaca otra vez como brillante general llegando a sitiar Roma.  Los romanos entonces le envían embajadores que le ofrecieron sin éxito el regreso a la patria.

Ante esta situación las mujeres de la nobleza romana decidieron encaminarse al campamento enemigo y encabezadas por la madre y la esposa de Coriolano, Veturia y Volumnia respectivamente, le imploraron al patricio que alejase de Roma al enemigo. Ante los abrazos de sus hijos pequeños, los llantos y la apelación de su amor a la patria, Coriolano no lo resiste y repliega sus tropas. Plutarco, siglos más tarde, recreó las palabras de su madre Veturia:

"Como advirtiese (Coriolano) que su madre iba a dirigirle la palabra, llamando la atención de los volscos más principales, prestó oídos[...]: "Puedes echar de ver ¡oh hijo!, aun cuando nosotras no lo digamos, coligiéndolo del vestido y de los semblantes, a qué punto de retiro y soledad nos ha traído tu destierro; reflexiona después cómo somos entre todas las mujeres las más desventuradas, puesto que nuestra mala suerte ha hecho que el encuentro, para otras más delicioso, sea para nosotras el más terrible; para mí viendo a un hijo, y para esta viendo a un marido que amenaza con destrucción a los muros de la patria; y que lo que es para los demás un consuelo en todos sus infortunios y desgracias, que es el orar a los dioses, sea para nosotras objeto de mucha duda; porque no nos es posible pedir a un mismo tiempo que la patria venza y que tú quedes salvo, sino que nuestros votos se han de parecer a lo que por maldición pudiera desearnos nuestro mayor enemigo; forzoso es que o de la patria o de ti vengan a quedar privados tu mujer y tus hijos. Por lo que a mí toca, la desventura que haya de traer esta guerra no me cogerá viva; pues si no pudiere persuadirte a que, restableciendo la amistad y la concordia, seas antes el bienhechor de ambos pueblos que la ruina de uno de ellos, ten entendido y está preparado a que no podrás acercarte a combatir la patria sin que primero pases por encima del cadáver de la que te dio el ser; puesto que no debo aguardar aquel día en el que vea que, o triunfan de mi hijo los ciudadanos, o él triunfa de la patria. Y si yo te propusiera que salvaras a esta con ruina de los volscos, la prueba sería para ti, oh hijo mío, ardua y difícil, porque el destruir a tus conciudadanos no es honroso y el hacer traición a los que de ti se han confiado es injusticia; más ahora la paz que te pedimos es saludable a todos, y más honesta y gloriosa todavía para los volscos, pues apareciendo superiores, se entenderá que son los que conceden tan grandes bienes, no entrando ellos menos por eso a participar de la paz y de la amistad, de las cuales serás tú el principal autor si se consiguen; y si no se consiguieron, a ti solo te echarán la culpa unos y otros. Y, en fin, siendo la guerra incierta, esto hay de cierto desde luego: que si vences, te está preparado el ser la abominación de tu patria, y si eres vencido, has de tener la opinión de que por sus resentimientos has hecho venir sobre tus amigos y bienhechores las mayores calamidades".

Súplicas a Coriolano


Livio no nos cuenta qué sucede con Coriolano, Plutarco nos indica que, aunque consigue defenderse en la asamblea de los volscos, acaba asesinado por sus rivales. Cicerón en el Bruto nos cuenta que va a la muerte voluntariamente antes que darle el golpe de gracia a su patria, a Roma. Sea cual sea el  final verdadero, nosotros no lo conocemos.

Marco Manlio


En el año 390 a.C.  Roma fue asediada y después asaltada, incendiada y quemada por los galos. A la llegada de los galos los romanos se refugiaron en el Capitolio, pero los viejos senadores se habían quedado en la parte baja de la ciudad. Con gran nobleza permanecieron sentados en sus asientos de marfil en los vestíbulos de sus casas, vestidos con la toga. Los galos en un principio los confundieron con estatuas, pero uno de ellos se atrevió a tocar la larga barba de un senador. El senador le golpeó con su cetro, así comenzó la masacre.

Una vez controlada la ciudad los galos se dispusieron a asaltar el Capitolio de noche. Ascendían con un sigilo tal que ni los perros, ni los guardias se percataron de su presencia, pero en cambio las ocas sagradas del templo de Juno se dieron cuenta y comenzaron a graznar. El ruido despertó al cónsul Marco Manlio y se dirigió hacia el lugar y, enfrentándose al primero de ellos, lo arrojó monte abajo. El cónsul ayudado por los centinelas arrojó a todos los que intentaban ascender. Por la defensa del Capitolio se le otorgó el sobrenombre de Capitolino.

Su final sin embargo no fue tan feliz. Unos pocos años después, tras utilizar a la plebe de forma demagógica, fue condenado a muerte y arrojado desde la roca Tarpeya.

6 comentarios:

  1. Hola profe , no he entendido muy bien los mitos , te dejo este comentario por si podrias comentar por aqui con una breve explicacion de cada uno de ellos.

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    1. Hola querido Anónimo (y seguís sin identificaros...)

      No hay mucho que entender. Coriolano se enfrenta a la plebe y al ver que perderá se refugia con los volscos. Junto a ellos ataca Roma, pero antes del combate final las mujeres nobles romanas (entre ellas su madre y su esposa acompañada de los hijos) le suplican que no ataque. Conmovido Coriolano, desiste de sitiar Roma y se retira.

      De Marco Manlio, más fácil aún. Los galos atacan y saquean Roma mientras los romanos se refugian en el Capitolio (se produce la matanza de senadores que no se refugiaron). Al intentar asaltar los galos el Capitolio de noche, la ocas hacen ruido y Manlio, advertido por ellas, llega a la muralla y junto a los vigilantes despeña a los asaltantes. Se le recompensa con el sobrenombre de Capitolino.

      Espero que te sirva este mini-resumen en el que falta algún dato. Estudia para mañana.

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    2. Pero profe, si te das cuenta te falta poner lo de que su madre se suicida, y manda poner su cuerpo en la entrada a Roma para que él no pudiera atacar... ¿Verdad? Creo que es algo que se debía añadir XD Ya verás como nadie lo pone en el examen XD

      Kerena Aymi

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  2. Vale muchas gracias profe jajaja yo me identifico si quieres , soy Aitor de la cruz

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  3. Profe en lo de Coriolano cuando habla la madre exactamente , ¿cuál es el mensaje que le quiere decir a su hijo? porque jope como se enrolla...no lo pillo

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  4. Que puede ser el salvador de las dos pueblos al traer la paz o el que provoque la ruina de uno de ellos si ataca Roma (el que pierda la batalla se entiende), pero que ella no lo verá porque antes se suicidará.

    ¡Hasta mañana, Anónimo!

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