lunes, 14 de octubre de 2013

Club de Lectura 13/14: 2ª semana, cap. 10-17

En estos capítulos nuestros dos personajes principales, Publio como protagonista y Aníbal como antagonista, van cobrando poco a poco más importancia y se van perfilando sus personalidades. No sé qué opinaréis vosotros, pero debido a la mayor edad del cartaginés y a la carga de tensión de las acciones desarrolladas en Hispania, es quizá el personaje más atractivo por el momento, ¿estáis de acuerdo?

Ya conocemos también las verdaderas intenciones del clan de los Barca y los juegos de ambición y poder en Roma, centrados principalmente en la figura de Fabio Máximo, ¿qué sensación os transmite este personaje? 

El tono general de la obra se acelera con la situación de Sagunto. Se está gestando ya su papel como casus belli de la que será la II Guerra Púnica, paulatinamente se van plantando las semillas que provocarán que se cumpla la frase que años más tarde dijo Cicerón y que encabeza el segundo libro de la novela: 

Bellum ita suscipiatur, ut nihil aliud nisi pax quaesita videatur, "la guerra debe emprenderse de tal manera que parezca que sólo se busca la paz". Cicerón, De Officiis, I,23, 80.”

Hemos visto como en estos capítulos se produce el regreso de Aníbal tras finalizar su formación en Cartago tras el encargo que le hizo Asdrúbal el bello. Os dejo un breve texto, otra vez de Livio y su Ab urbe condita, donde nos cuenta la sensación de los soldados cartagineses veteranos cuando vieron regresar a su Aníbal.

Missus Hannibal in Hispaniam primo statim adventu omnem exercitum in se convertit; Hamilcarem iuvenem redditum sibi veteres milites credere; eundem vigorem in voltu vimque in oculis, habitum oris lineamentaque intueri.

"Una vez enviado Aníbal a Hispania, nada más llegar todo el ejército se giró hacia él; los soldados veteranos creían que les había sido devuelto el Amílcar joven, observaban su misma energía en su rostro, la misma fuerza en su mirada, la misma expresión en su semblante e idéntica fisonomía." Livio, Ab urbe condita, XXI, 4.

Sí, como lo leéis, los viejos soldados, que habían actuado bajo las órdenes del padre de Aníbal, consideraban que Amílcar les era devuelto en su hijo mayor. ¿Cómo no seguirle fuese cuál fuese su propósito?

Mientras compartís vuestras impresiones os dejo un poco de música...


6 comentarios:

  1. Me está interesando bastante el libro, profe. Según va evolucionando el argumento me voy enganchando más. Es interesante crearse una idea un poco más profunda e individual de los personajes cuando siempre hemos matizado a ultranza en los sucesos históricos, sin percatarnos en las inquietudes o anhelos de aquellos en los que estamos reparando constantemente a partir de un libro de texto.
    ¡Bravo!

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    1. ¡Bravo por ti!, eres el primer alumno (o alumna claro) que ha sido capaz de comentar algo... ¡y además positivo!
      La verdad que das con una de las claves que hacen a la novela histórica interesante: ir más allá del suceso o hecho histórico y tratar de reconstruir la motivación personal de sus protagonistas. Espero que te siga enganchando mi valiente Anónimo/a y que sigas comentando.

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    2. Lo infausto de leer es el saber que tiene un fin, que las últimas páginas, al menos para mí, sean la marcha irremediable hacia la melancolía (del lector): dar por terminado un libro, es dar por concluida una ilusión.

      Posdata: Profe, es que no quiero que nos tengas menos aprecio que Ana Botella a un diccionario de pronunciación inglesa ni que nos odies profundamente.

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    3. Ya os odio un poquito menos, sigamos así.

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  2. A mi me ha parecido ver una gran similitud en la acción del pueblo al estar en el teatro con la que hay ahora. En la actualidad, muy pocas personas van al teatro, está claro que hoy en día existe el cine, pongamos para tener una idea, que el circo de entonces, el descrito en el libro, es ahora el cine. Todas las personas que se encontraban viendo la obra de teatro corrieron en cuanto se oyó al circo, prefirieron la acción y el movimiento a una obra que les podría hacer pensar. Lo que quiero decir, es que no hemos cambiado mucho desde aquella época, la gente de ahora también prefiere ver actuaciones u obras que no supongan un gran esfuerzo para ser entendidas, las películas más vistas suelen ser de acción y las obras de teatro a las que acude más gente comedias, no digo que esté mal acudir a ese tipo de cine y teatro, para nada, si no que me parece injusto para las obras que están hechas para crear alguna emoción o duda al espectador en mi opinión.

    OliBepn móaka.

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    1. Una reflexión interesante a la vez que inquietante. El teatro que triunfará finalmente en Roma será la comedia de la mano de Plauto, como bien has dicho igual que en el cine de hoy. Ahora solo nos queda esforzarnos para revertir esa situación.

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