lunes, 21 de octubre de 2013

Club de Lectura 13/14: 3ª semana, cap. 18-29

Ya se ha desatado la II Guerra Púnica, tras la declaración formal de guerra por parte de los romanos ante el senado cartaginés y tras la toma de Sagunto por parte de Aníbal. 

Sagunto, casus belli


Sagunto, tras su heroica resistencia, finalmente ha caído ante el poderío cartaginés y se ha convertido en el casus belli. Una vez más vemos cómo las grandes potencias deciden el destino de sus pequeños aliados o enemigos en virtud de sus intereses. ¿Qué debieron pensar los saguntinos cuando desde su aliada Roma solo llegó una embajada que ni siquiera fue recibida por Aníbal? El horror de la guerra se nos hace patente ya desde el capítulo 22 con la desesperación de los saguntinos. Es tan solo el inicio de lo que nos aguarda. Sagunto, tan importante como para justificar una guerra, quedará en el olvido.

El retrato de Aníbal


En estos capítulos el autor va avanzando en el retrato de Aníbal, principalmente en el siguiente fragmento:

“Aníbal siempre el primero en entrar en combate y siempre el último en descansar; Aníbal siempre voluntario para cualquier escaramuza, para cualquier misión de riesgo, el que más enemigos abatía, el terror de los iberos y los celtas de aquel país; cuando su silueta se dibujaba en el horizonte, los salvajes retrocedían y los pocos que aún se atrevían a desafiarle caían abatidos en la primera acometida.”

Aníbal Barca


Es una reelaboración de este texto de Tito Livio:

"Nunca un mismo carácter fue más dispuesto para cosas enteramente contrapuestas: mandar y obedecer. No resultaría fácil, por ello, discernir si era más apreciado por el general o por la tropa. Ni Asdrúbal prefería a ningún otro para confiarle el mando cuando había que actuar con valor y denuedo, ni los soldados se mostraban más confiados o intrépidos con ningún otro jefe. Era de lo más audaz para afrontar los peligros y de lo más prudente en medio mismo del peligro. No había tarea capaz de fatigar su cuerpo o doblegar su moral. El mismo aguante para el calor y el frío; su manera de comer y beber, atemperada por las necesidades de la naturaleza, no por el placer; el tiempo de vigilia y sueño, repartido indistintamente a lo largo del día o de la noche; el tiempo que le quedaba libre de actividad era el que dedicaba al descanso, para lo cual no buscaba ni muelle lecho ni silencio: muchos lo vieron a menudo echado por el suelo, tapado con el capote militar, en medio de los puestos de guardia o de vigilancia militar. No se distinguía en absoluto entre los de su edad por la indumentaria, sí llamaban la atención sus armas y sus caballos. Era, con diferencia, el mejor soldado de caballería y de infantería a un mismo tiempo; el primero en marchar al combate, el último en retirarse una vez trabada la pelea."

Eso sí, un escritor romano no podía dejar de realzar sus defectos, al fin y al cabo era el enemigo:

"Las virtudes tan pronunciadas de este hombre se contrapesaban con defectos muy graves: una crueldad inhumana, una perfidia peor que púnica, una falta absoluta de franqueza y honestidad, ningún temor a los dioses, ningún respeto por lo jurado, ningún escrupuloso religioso."

Tito Livio, Ab urbe condita, XXI, 4; traducción de José Antonio Villar, Clásicos Gredos.

No podemos acabar sin referirnos a la familia de los Escipiones, ya tenemos al padre en lo más alto del cursus honorum y vemos cómo Publio hijo va aprendiendo el arte de la guerra de manos de su tío Gneo. Pero hay otro personaje romano sobre el que se ha centrado el foco: Fabio Máximo y su capital importancia al declararse la guerra.

Reflexiones en común


En definitiva, ¿qué os han parecido estos capítulos? ¿en qué ha cambiado vuestra opinión sobre Aníbal, Fabio Máximo o los Escipiones? ¿Qué pensáis de sus acciones? ¿Y de la situación de Sagunto como casus belli? Y la más peliaguda de las preguntas, ¿de qué lado os hubierais puesto: Cartago-Aníbal o Roma-Fabio Maximo/Escipiones? 

Como siempre, espero vuestros comentarios y además que comentéis entre vosotros usando el blog como foro.

Valete discipuli!

P.D.: no podía irme sin dejar algo de música (esta vez en vídeo) sobre los días de ira o locura que seguirán en la novela...


5 comentarios:

  1. Sagunto no les importaba ni a los romanos ni a los cartaginenses, solo buscaban un motivo de guerra (casus belli) para que parezca que la guerra esta justificada

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  2. Profe te falta la toga y la corona de laurel para ser un Cónsul, desde el respeto.

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  3. Señor profesor, nos mandas mirar muchas cosas en el blog !!

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  4. El mejor profesor de latin del mundo !! Viva el Torii !!
    No es un cumplido xD

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  5. Buenas tardes señor profesor, ¿podría usted decirme cuando es la fecha de entrega del trabajo? Es para empezar a hacerlo, muchas gracias por su atención. No le digo mi nombre que me suspende.
    Si no leo su respuesta hoy, por favor repita usted la fecha mañana en clase, soy de 1ºE de Bachillerato, gracias señor profesor.

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